martes, 4 de septiembre de 2012

LA HORA DEL BAÑO DEL BEBÉ



Cómo bañar al bebé


¡Al agua patos! Una vez dentro de la bañera, podéis enjabonarle con la mano, un guante suave o una esponja natural para bebés. La postura ideal es pasar un brazo por debajo de él en el que tenga apoyado cuello y cabeza, mientras que el otro brazo lo utilizas para lavarle. Cuando todavía son muy pequeños no hay que frotar, basta con limpiarle con suavidad, siempre de arriba abajo: primero el pecho, los bracitos, las manos y luego, las piernas y los pies. Luego hay que girarle con cuidado para lavarle la espalda y el culete. ¡Y no os olvidéis de sonreírle y hablarle en todo momento!


Ya limpito y aclarado, lo levantamos y envolvemos rápidamente en una gran toalla, para que no se enfríe. Conviene secarlo muy bien, sobre todo por los pliegues, ya que la humedad irrita mucho la piel. Es el momento ideal, justo antes de vestirlo, de darle un pequeño masaje.


También es muy importante elegir bien los productos que vamos a usar para su baño, ya que la piel de los bebés es mucho más sensible e irritable que la de un adulto, sobre todo hasta los cuatro años. Conviene pues recurrir a aquellos especialmente concebidos para bebés, más suaves, hipoalergénicos y poco perfumados.


Para lavar el cuerpo, lo ideal es utilizar un gel de ducha sin jabón y para los cabellos finitos y frágiles de lo bebés, conviene decantarse por un champú muy suave apto para uso diario. La cara, con agua solamente. Después del baño, podéis hidratar la piel de vuestro pequeño con lociones o aceites específicos. Nada de polvos de talco ni de colonias con alcohol.


Si el bebé sufre algún trastorno dermatológico –costra láctea, dermatitis atópica– será el pediatra quien os indique qué productos debéis usar.





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